Ser mamá ya trae consigo una carga emocional enorme, y la sociedad no ayuda mucho. Cuando decimos que las mujeres, y especialmente las mamás, somos incomprendidas, no es porque queramos hacernos las víctimas; es una realidad que vivimos todos los días. Nuestros malestares, dolores y necesidades son constantemente minimizados. ¿Cuántas veces hemos escuchado que una mamá cansada es una “mala mamá” que no puede con todo? Mientras tanto, un hombre cansado en su trabajo recibe empatía, descanso, e incluso licencia para recuperarse.
¿Y nosotras? Nosotras seguimos, sin licencias y sin pausa, porque “así es ser mamá”, Pero aquí está la trampa: si no te cuidas, caes en una espiral de agotamiento o, peor aún, en una depresión postparto que te transforma en un zombie. Esto, lo he visto de cerca, en mujeres fuertes, mujeres felices. Y no, no es justo. Y es aquí donde surge el llamado a empoderarnos. No se trata de “aguantar” porque “así es la vida”. La crianza es de a dos, y si la decisión de tener hijos fue mutua, entonces, compadre, ¡hágase cargo!
La idea no es entrar en una pelea con el otro, o en una “guerra de géneros”, la idea es exponer lo que debiese ser justo y mostrar que aún existen hombres que pueden darse el lujo de pasar 30-40 minutos en el baño con el celular sin que nadie los moleste, mientras que nosotras tenemos que agradecer si alguien nos cuida a los niños mientras corremos a ducharnos o a hacer nuestras necesidades.
Por eso creo que es tan importante empoderarse, porque a pesar de que las cosas han cambiado, todavía queda mucho camino por recorrer. Necesitamos seguir instalando esta idea en la sociedad y generar espacios de diálogo constructivo para que juntos podamos avanzar hacia una sociedad más equitativa.
Exponer las injusticias y mostrar las realidades no es atacar, sino despertar conciencia. Lo más triste es que, al hacer esto, a menudo nos tildan de “feminazis”, cuando en realidad los extremos, tanto el machismo como un feminismo que no busca el diálogo, nos hacen un flaco favor. No permiten que avancemos juntos, con respeto y comprensión mutua, hacia un lugar donde cada mamá se sienta valorada, escuchada y apoyada.
